Esto ocurrió creo que año 81, tendría que buscar en mis anotaciones, pero perteneció a un cuadernillo que nos daban a todos los que fuimos con el colegio, a visitar el barco que estuvo en nuestro puerto por casi una semana, era una librería andante, y los profesores nos llevaban como si estariamos visitando el Titanic, era toda una atracción, donde en pleno proceso militar era lo poco que se podía utilizar para mostrar además de la ciudad de los niños por supuesto.La visita al Doulos formó parte de nuestra historia y de nuestra adolecencia.
Pagar la Cooperadora, que loco no? pensar que pagabamos cuotas de $150.000 cuanto dinero? No tenía nada que ver con Habanopa pero si con nuestro colegio, con lo cual seguramente se compraban libros, y me mejoraban nuestros salones? no ?.....andá!! , hoy hasta la palabra me suena antigua pero en la década del ochenta fue el recurso para sacarnos unos mangos, y tal vez fué el punta pié inicial para empezar a privatizar la educación. Que pena.
Un día del inocente, martes 28 de diciembre del 82´, fuimos a la casa quinta que tenía Graciela Martinez en Ibarlucea, la recuerdan, si bien ya subí fotos de aquel momento, éste fué el pasaje de ida a uno de los primeros encuentro que tuvimos en grupo, estaban Gabriela Fuentes, Clarisa, Fabian Spadoni, Andrea, el flaco Di Leo, Silvia Abalos, Fernando, yo, y Sandra creo que Trevez.Estuvimos en la pileta con un día maravilloso de sol.
Fué uno de mis últimos dibujos donde estaba dando la clase la profesora de merceología(recuerda que linda materia? ) la profe frente a nosotros y delante mío estaba Marcela, a la derecha el codo de Sandra y si mal no recuerdo data del 4 año creo. Haciendo doble click sobre la imagen pueden ampliarla, igual no esperen que sea un Dalí? je
Esto ocurrió creo que año 81, tendría que buscar en mis anotaciones, pero perteneció a un cuadernillo que nos daban a todos los que fuimos con el colegio, a visitar el barco que estuvo en nuestro puerto por casi una semana, era una librería andante, y los profesores nos llevaban como si estariamos visitando el Titanic, era toda una atracción, donde en pleno proceso militar era lo poco que se podía utilizar para mostrar además de la ciudad de los niños por supuesto.La visita al Doulos formó parte de nuestra historia y de nuestra adolecencia. 
